Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

30 diciembre 2017

La soledad contiene su propia cura

Mientras más profundamente te dejes caer en esta libertad existencial que es tu derecho de nacimiento y tu verdadero hogar, y mientras más te relajes fuera de la mente y su condicionamiento infinitamente complejo, sus ideales imposibles y esos roles habituales que habitas para escapar de ti mismo, más encontrarás los dolores y anhelos y ansiedades de los que siempre estuviste huyendo en tu impulso adictivo hacia algún tipo de 'seguridad' psicológica...en un cosmos inherentemente inseguro.

Mientras más libre eres, mientras menos identificado con la narrativa, caerás más en esta simplicidad divina, y te sentirás con menos base y con menos techo. Pero esto no es algo malo. No tener base es el camino, la verdad, la vida, como es conocida íntimamente la libertad pura. Como enseñó el Buda, no hay terreno en ninguna parte. Nada a que aferrarse. No hay hogar. No hay descanso. Excepto aquí en la presencia. Excepto en la respiración.

La mente no es base para ti. La mente no es lo que tú eres. AHORA es la única seguridad.

¿El precio de la libertad, entonces? Un compromiso incesante con la luz y la oscuridad de la experiencia. Con la alegría y la tristeza de la vida, el aburrimiento y la dicha y la inseguridad de todo. Una caída libre en ti mismo. Una inmersión profunda en aquello de lo que no se puede escapar. Hay una profunda soledad inherente en esto. Es la soledad de planetas distantes girando en infinito espacio. Es la soledad de estar en el punto de creación y creatividad puras, siempre. Es la soledad de dejar el mundo y confrontar a los preciosos momentos que pasan. Es la soledad que existe en el centro de cada ser. Es la soledad de la presencia pura. Es la soledad que es la comprensión, 'Estoy viviendo y estoy muriendo y no puedo resolver este Misterio, ni tampoco los demás, y nadie puede respirar por mí, morir por mí, amar por mí...'

Esta es una soledad sagrada que no es mala, o errónea, o pecaminosa o vergonzosa, o una señal de que estás roto o dañado o incompleto de alguna forma, sino que de hecho una soledad que nutre, conforta, da descanso y vida, una puerta muy mal entendida hacia la paz, el amor propio, el contento y la alegría. Es una soledad que jamás se va, que no está relacionada con cuánta gente te rodea o cuán 'popular' eres, que está construida sobre el Ser mismo, que te llama a casa y a ella momento a momento. De vuelta aquí. Al cuerpo. A la tierra. Al día a medida que se despliega.

Fuera de la mente y dentro de esta presencia. A esta intimidad con la vida. Es una soledad que no te separa o aísla, sino que te conecta profundamente con toda la humanidad. Es una soledad saludable, y quedarse requiere coraje.

Entonces cuando dejas de huir hacia tus adicciones designadas para ayudarte a 'escapar' de la soledad, y en cambio te vuelves íntimo con esta soledad, la nutres, la mantienes cerca, respiras amorosamente en ella, la comprendes, conversas con ella, la invitas a entrar, entonces entiendes la soledad en cada corazón humano, el anhelo irresoluble en el centro del vientre de todos, y tu corazón se abre de golpe con compasión, y ya no te sientes solo. Sales de la historia 'Estoy solo y he sido abandonado...' y te conectas profundamente con la exquisita y natural y buena y suave y amistosa soledad que es pura libertad, pura vastedad, puro Saber.

Y tocas la vida en el punto de creación.

La soledad contiene su propia cura.

Sumérgete.

Jeff Foster


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